Hito histórico de esperanza en la Iglesia Episocopal Dominicana y para LatinoAmérica
Por Germán Buenaventura Bueno Torres
Con alegría y acción de gracias recibimos por primera vez en nuestro país, al Primado y Presidente de nuestra Santa Iglesia, Su Gracia Reverendísima Michael Curry, quien en la mañana del sábado 13 de febrero del 2016, celebró la Eucaristía en la que ordenó al Electo Obispo Coadjutor de la Iglesia Episcopal Dominicana (Comunión Anglicana) Reverendo Padre Moisés Quezada Mota.
El sagrado acto litúrgico contó además con la presencia de un sinnúmero de Obispos pertenecientes a Diócesis Compañeras, quienes junto al Primado, transmitieron mediante la imposición de las manos, la luz y el poder del Espíritu Santo, transmitiendo así, el sacramento de la sucesión continua de los obispos al recién ordenado.
El nuevo ordenado escuchó emocionado el Sermón que estuvo a cargo de nuestro Obispo Emérito Telésforo Isaac, quien con espíritu de verdad y como miembro de Cristo, señaló que ´´Nada es más dulce que la caridad`´ y en la que lo exhortó a servir siempre a los demás y a vivir de manera intensa la misericordia.
Queridos hermanos, nos hará bien reflexionar atentamente al ministerio que le ha sido confiado hoy a nuestro hermano. Jesucristo, Señor nuestro, enviado por el Padre para redimir a la humanidad, envió, a su vez, a los doce apóstoles por el mundo, para que, llenos del Espíritu Santo, anunciaran el Evangelio a todos los pueblos, y reuniéndolos bajo el único pastor, los santificaran y guiaran a la salvación.
Para que este ministerio se mantuviera hasta el final de los tiempos, los apóstoles eligieron colaboradores, a quienes, por la imposición de las manos, les comunicaron el don del Espíritu Santo que habían recibido de Cristo, confiriéndoles la plenitud del sacramento del Orden. De esta manera, se ha ido transmitiendo a través de los siglos este ministerio, por la sucesión continua de los Obispos y permanece y se acrecienta hasta nuestros días la obra del Salvador.
Reciban, pues, con alegría y acción de gracias a nuestro hermano Moisés. Quien por la imposición de las manos, se le ha agregado a la Cámara de los Obispos. Deben honrarlo como ministro de Cristo y dispensador de los misterios de Dios: a él se le ha confiado dar testimonio del Evangelio y el ministerio del Espíritu para la santificación. Recuerden las palabras de Jesús a los apóstoles: «Quien los escucha a ustedes, a mí me escucha; quien los rechaza a ustedes, a mí me rechaza y, quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.»
En cuanto a nuestro querido hermano, elegido por el Señor, recuerda que has sido escogido para servirles a tu prójimo en las cosas de Dios. De hecho, el episcopado es el nombre de un servicio, no un honor; ya que al Obispo compete más el servir que el dominar, según el mandato del Maestro: el que es mayor entre ustedes, debe hacerse el más pequeño, y el que gobierna, como aquel que sirve.
Proclama la palabra de Dios a tiempo y llama la atención del mundo, pero siempre con dulzura; exhorta con toda paciencia, y con deseo de edificar para gloria del Señor.