Mensaje de Pascua 2018 del obispo primado Curry desde Tierra Santa
March 26, 2018

“El odio no tiene la última palabra. La violencia no tiene la última palabra. La intolerancia no tiene la última palabra. El pecado y el mal no tienen la última palabra. Dios es la última palabra y Dios es amor”.

El obispo presidente y primado de la Iglesia Episcopal Michael Curry leyó su mensaje de Pascua 2018, de pie frente a la catedral anglicana de San Jorge [St. George] en Jerusalén. [El mensaje] fue filmado el Domingo de Ramos durante su visita a Tierra Santa.

“El odio no tiene la última palabra. La violencia no tiene la última palabra. La intolerancia no tiene la última palabra. El pecado y el mal no tienen la última palabra. Dios es la última palabra y Dios es amor”.

El Obispo Primado está recorriendo Tierra Santa durante la Semana Santa.

El feriado de Pascua se celebra el domingo 1 de abril.

El video puede verse aquí: https://www.episcopalchurch.org/library/video/presiding-bishops-easter-2018-message

A continuación, el texto del mensaje de Pascua 2018 del Obispo Primado:

Saludos este Domingo de Ramos desde la catedral de san Jorge en Jerusalén.

Hay un pasaje en el capítulo 27 del Evangelio de Mateo en que los líderes religiosos y políticos se vuelven a reunir después de la crucifixión y ejecución de Jesús, después de haberlo puesto en el sepulcro. Una vez más se juntan para sellar la tumba y asegurarse de que no se propague ni siquiera un rumor de su resurrección. Y esto es lo que algunos de ellos dicen:

Por lo tanto, mandé que se selle el sepulcro hasta el tercer día. No sea que vengan sus discípulos se roben el cuerpo y le digan al pueblo que él ha resucitado de entre los muertos. Y este último engaño sería peor que el primero.

Es fácil pasar por alto, y algunas veces cómodo olvidar, que Jesús fue ejecutado, que Jesús fue crucificado por una alianza impía de la religión, la política y los mezquinos intereses económicos.

La política encarnada en Poncio Pilato, gobernador del Imperio Romano, y, como tal, representante de ese imperio y de todo su poder.

El rey Herodes, que escuchó a Jesús en uno de sus juicios, representante de los herodianos y de los mezquinos intereses económicos de ese tiempo.

El Sumo Sacerdote representante de la aristocracia religiosa que tenía un interés particular en mantener el statu quo.

Estos tres poderes —económico, religioso y político— se juntaron para crucificar a quien predicó el amor al Señor tu Dios, el amor al prójimo y que vivió acorde a esas enseñanzas.

La verdad es que el mensaje de Jesús era perturbador para el mundo de entonces al igual que lo es ahora. Y sin embargo ese mismo mensaje es la única fuente de esperanza en la vida para el camino de la cruz, el camino para vivir una vida libre de egoísmos, el camino para vivir una vida de sacrificio que busca el bien y bienestar de los demás, [el camino] libre del enfoque egoísta de los intereses propios. El camino de la cruz es el camino del amor. Esa es la naturaleza del amor. Y esa senda es la única esperanza para toda la familia humana.

La verdad es que el camino de Jesús era una amenaza para el mundo como era y al mismo tiempo representa la esperanza de la manera en que el mundo puede y debe ser.

Pero en ese tercer día después de la crucifixión, cuando por el poder titánico de Dios, por el poder del amor de Dios, Jesús resucitó de entre los muertos, Dios envió un mensaje y declaró que la muerte no tiene la última palabra. El odio no tiene la última palabra. La violencia no tiene la última palabra. La intolerancia no tiene la última palabra. El pecado y el mal no tienen la última palabra. La última palabra la tiene Dios y Dios es amor.

En nuestra peregrinación pasamos dos días en Jordania. En Amán en Jordania pudimos pasar algún tiempo sagrado y bendito, pero también doloroso con los cristianos iraquíes. Estos cristianos, muchos de los cuales son anglicanos, han tenido que huir de su país, Irak por causa de la guerra, la violencia, el odio y la profanación. Han renunciado a todo por no renunciar a su fe en Jesucristo. Y allá en Jordania con la ayuda de la Iglesia Anglicana y de muchas otras agencias de socorro, están por lo menos a salvo y esperan encontrar hogares seguros y permanentes en otros países.

Durante nuestras conversaciones, y al escucharlos, en un cierto momento, encontré que estaba citando un himno, una canción que muchas personas han escuchado en Pascua, al menos en nuestro país. Y no esperé que contestaran. Ustedes probablemente saben cómo va, dice “porque él vive”, refiriéndose a Jesús y a su resurrección, “porque él vive puedo enfrentar el mañana” Cuando yo cité esa canción, aquellos que han perdido sus hogares, las personas que lo han perdido todo excepto sus vidas, los que han perdido sus seres queridos, respondieron a las palabras de esa canción. Cuando yo dije “Porque él vive puedo enfrentar el mañana”, cuando yo dije Jesús está vivo, que se ha levantado de entre los muertos, los vi alzar sus rostros y responder con las palabras amén y aleluya.

Mis hermanos y hermanas, el mal no pudo detenerlo. La muerte no pudo detenerlo. La violencia no pudo detenerlo. Porque el amor de Dios, el corazón de Dios, la realidad de Dios es más fuerte que cualquier otra cosa. Y Jesús se levantó de entre los muertos en esa primera mañana de resurrección.

Dios les ama. Dios les bendiga Y que esta estación de Pascua sea el primer día del resto de nuestras vidas.

Amén.

El Ilustrísimo Michael B. Curry
Obispo Presidente y Primado de la Iglesia Episcopal